Faltas de ortografía en la literatura: una llamada de atención.

Los que llevamos unos años por internet sabemos que lidiar con las faltas de ortografía día sí y día también puede provocar estragos. A día de hoy, el denominado «lenguaje sms» es de lo más utilizado entre las nuevas generaciones. Parece ser que abreviar palabras todo lo posible, hasta que carecen de sentido a pesar de que no hay ya el límite de caracteres que había antiguamente con los mensajes de texto —salvo, quizá, en Twitter—, ha provocado que nos acostumbremos a ver textos que en muchas ocasiones ni siquiera el mejor criptógrafo sería capaz de descifrar.

Sin embargo, en esta ocasión, no vamos a hablar sobre lo aberrante que puede resultar a ojos de una puritana del lenguaje esta nueva moda que atenta contra una lengua, la española, que es tan rica en palabras y significados. Sino de otro tema que cada vez se da más y de forma más acuciante. Un tema que a quien escribe estas líneas le sorprende cada vez que se encuentra con un caso nuevo.

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